Egar surge del anhelo de un niño de 6 años, habitante de la recóndita Patagonia, quien en las tardes de lluvia torrencial quería jugar con sus amigos a los soldados,  con reglas claras, sabiendo cómo mover, combatir y ganar. Como no existían reglas para jugar a los soldados, aquél chico se decidió a idearlas.

Con el paso del tiempo y la pasión por la Historia, aquél niño creció, se formó y logró crear un juego que combina movimientos de tropas con la Historia Universal, fusionando la entretención con el aprendizaje.

La idea del juego surgió el año 1996, y el primer prototipo oficial del juego vio la luz el año 2020, tras un largo período de pausas, estudio, pruebas y diseño.

El alma del juego es la misma que la de su creador, quien pretende otorgar a las personas una experiencia entretenida que les enseñe y haga feliz. 

El juego es un medio para que las personas se interrelacionen, para que familias compartan, amigos se junten y extraños se conozcan. Mientras las personas sociabilizan, aprenden tanto del uno como del otro, y aprenden de los eventos que han marcado la Historia de la Humanidad, eventos trágicos muchas veces, pero eventos heroicos también de los cuales podemos aprender para forjar con sabiduría, valentía y tesón, la historia actual.